¿Cuántos eran?
Un millón y medio, ciento y pico mil… ¿Cuántas personas había realmente en la calle el pasado domingo 26 de febrero? La verdad es que nunca lo sabremos con exactitud pero sí podríamos aproximarnos un poco más que los que, según parece, tienen en sus manos la responsabilidad de informar del modo más veraz posible.
Comentando estas cosas con nuestro querido Rumano, he sabido que había algunos sitios en la web en los que se han ocupado de hacer lo que, al parecer, no han hecho ni los organizadores, ni la Delegación del Gobierno.
He encontrado un blog (WMUTE ) en el que, con ayuda del programa FEGA que funciona con los mapas del SIGPAC (del Ministerio de Pesca, Agricultura y Alimentación) se puede calcular con bastante precisión el área de las zonas que, sobre un mapa, seleccionemos. Como veréis en el blog indicado, sumando las áreas de todas las zonas ocupadas por la gente y suponiendo que hubiera cuatro personas por metro cuadrado (altísima densidad) y que no hubiese bancos, farolas, fuentes, etc., saldría una afluencia de unas 400.000 personas. Si supusiéramos que, en lugar de cuatro personas hubiese sólo tres por metro cuadrado, obtendríamos unas 300.000 personas. Considerando el mobiliario urbano y las zonas de imposible acceso a los peatones, esta cifra se reduciría algo, pero lo que parece altamente improbable es llegar al millón de personas. Tal vez se superó la cifra de 200.000, pero lo otro es un tanto exagerado.
En mi época juvenil, ávido de multitudes como estaba, también acudía de vez en cuando a alguna manifestación y ¡oh sorpresa! Cuando la vista no alcanzaba el comienzo o el fin de la masa, ya decidíamos que allí había, por lo menos, un millón de personas. Seamos sensatos, cien mil personas ya son muchas (no en vano, a Bisbal y a Bustamante les dan un disco de oro cuando venden cien mil discos) y constituyen suficiente número como para que ZP vea que hay unos cuantos que no están de acuerdo con sus tesis.
Yo estoy habituado a correr en carreras populares a las que acuden desde dos mil hasta, en la más multitudinaria, quince mil necios a correr en paños menores, y os puedo asegurar que a partir de cinco mil personas ya no se alcanza a ver el límite del grupo. Creo que la gente no tiene noción de lo que ocupan mil personas pero, a pesar de todo, nos empeñamos en hacer cálculos a ojo y sin fundamento (cosa que estaría muy bien si no diésemos esas suposiciones como datos veraces e irrebatibles).
No queramos exagerar las cosas porque, lejos de cargarnos de razón, diluimos la que pudiéramos tener.
¡VIVA EL GENERAL ESPARTERO!
¡VIVA SARITA DE LUCAS!