Gran Hermano 8 ya está aquí

¡Por fin podemos volver a disfrutar de las necias aventuras de los participantes en este gran concurso!

La verdad es que sólo pude ver el programa inaugural (hasta que me entró el sueño) y lo poco que sé de lo que ha pasado desde el jueves lo he averiguado accediendo a la web de Gran hermano. Allí he visto unos cuantos vídeos en los que se ve a Marusky (¿Por qué la gente que va a ese concurso suele tener nombres raros?) hablando hasta por los codos e intentando dirigir el cotarro. Es toda una líder (ZP debería aprender de ella).

Este año contamos con tres “empresarios” entre los concursantes (uno es empresario de jardinería, otro tiene uno o varios locales nocturnos y el tercero no tengo ni idea de qué hace en su empresa). Cada vez tendemos más a dar nombres rimbombantes a trabajos de lo más normalito, no obstante también hay un concursante que, a pesar de que, tal vez sea tan empresario como los otros, se ha limitado a decir que es agricultor (bastante paletillo el hombre, pero su humildad merece todos mis respetos).

Entre las chicas no parece haber ninguna empresaria (a lo mejor sí lo serían si aplicasen el criterio de alguno de sus compañeros) pero, eso sí, superan en dos el número de hombres de esta edición. Espero que la ley de paridad de ZP no sea de obligado cumplimiento para Gran Hermano, porque el desequilibrio “sesual” es manifiesto y, de no ser por la gran amistad que une a nuestra Vicepresidenta y a Mercedes Milá, me temo que la Policía entraría a saco en la casa de Guadalix para abortar tan desigual concurso.

Aún no sabemos si hay homosexuales, transexuales o cualquier otro tipo de tendencia que ahora se me escapa (cada día hay más “opciones” en este terreno), pero lo que sí hay es una extraña chica que se define a sí misma como “friqui” (la de la foto de cabecera). La chica en cuestión incluso ha reconocido que a sus 24 años aún es virgen y, claro está, tal confesión ha creado gran revuelo porque hoy en día parece que algo así es tan impensable como que un burro vuele. Yo, sin fundamento de ninguna clase, pienso más bien que lo que ocurre en nuestros días es que a todos se nos va la fuerza por el pico y contamos nuestros “éxitos amorosos” por decenas para que no nos miren como a bichos raros, aunque la realidad (eso me parece) es que hay muchos más solitarios recalcitrantes que gigolós impenitentes.

Y tras este comentario que, sin duda, resultará de nulo interés para la mayoría de nuestros altamente preparados colaboradores, dejo la palabra a vuesas mercedes para que hablen de lo que se les antoje.