Pues tendremos que hablar del estatuto

Acabo de leer algunas frases de las que se dijeron en el debate parlamentario sobre el famoso estatuto de Cataluña y me apetece comentar algunas cosas, así que allá voy:

Comenzaremos con el señor Josu Erkoreka (del PNV). Al parecer dijo esto:

“No caigan en la emboscada que les tienden los talibanes de la Constitución …
La Constitución es un texto abierto y ambiguo, susceptible de diversas lecturas, todas ellas legítimas”

No me cuadra eso de decir que todas las lecturas de la ambigua Constitución son legítimas después de haber llamado “talibanes de la Constitución” a quienes la interpretan de un modo que a él no le gusta (es de suponer que se refiere a gente del PP y de la COPE, porque a mí no me conoce).

Don Josep Antoni Duran i Lleida lanza esta soflama cargada de amor a la libertad de expresión:

“La Iglesia no puede permitirse ni un día más que desde algunos de sus medios de comunicación y por alguno de sus profesionales se siembre a diario el insulto, el odio y la confrontación. Los insultos que se oyen dejan muy cortos a los de "cretino" o "necio" que Jesús condenaba…Jesús distingue entre el buen pastor y el mercenario. Obligación de la Iglesia es deshacerse de mercenarios y nutrirse de buenos pastores.”

Lo de los insultos en la COPE es cierto, pero mejor que pedir a la Conferencia Episcopal que silencie la voz de quienes trabajan en su cadena, sería que interpusieran la pertinente querella (o como se llame) por injurias a quienes lanzan esas invectivas. ¡Qué ganas tienen casi todos los defensores del estatuto catalán de que alguien amordace a la COPE! (en cualquier caso, yo también recomendaría menos dureza en el discurso de mi cadena favorita).

Artur Mas dice esto otro:

“Pido a los pueblos que conforman España que no tengan miedo a que España se reconozca tal como es y se acepte tal como es.”

Yo diría que don Artur pretende que los españoles aceptemos su concepto de España. ¿No es lícito pensar que la estructura actual de España es válida? A mí no me da miedo reconocer nada, lo que sí me asusta es ese discurso mesiánico en el que se habla de “voluntades de pueblos” y en los que se trata a España o Cataluña como a seres con voluntad propia y con sentimientos que sólo nuestros amados políticos son capaces de descifrar para decirnos lo que esas “naciones” necesitan y esperan de sus ciudadanos.

Y con esto doy paso a quien quiera aportar algo más de confusión a toda esta pantomima.