El Doctor Don Santiago

Mi más sincera enhorabuena a Don Santiago Carrillo por su reciente doctorado (honoris causa, pero doctorado al fin y al cabo) concedido por "sus extraordinarios méritos, y de forma significada a su contribución a la política de reconciliación nacional, y su decisiva aportación al proceso de transición democrática en España".

No dudo de la positiva contribución de don Santiago al proceso de democratización de España tras el franquismo, no obstante, habida cuenta de que también fue responsable de cosas de triste memoria que aún escuecen en la memoria de muchas personas ¿no habría sido mejor dejarse de pamplinas? ¿Acaso piensan que Carrillo se hubiese sentido triste por no vestir ese absurdo traje de doctor?

Dudo mucho que los artífices de esta iniciativa doctoral lo hayan hecho por la convicción en los méritos de Carrillo (que seguramente los tenga) más que por el convencimiento de que el acto generaría polémica y serviría para volver a acusar al PP de sembrar la crispación (palabra muy utilizada en los últimos años) en nuestra sociedad y, por contraste, mostrar a la progresía socialista como garante de las libertades y única valedora de la democracia.

¡Cuántos homenajes absurdos! ¡Qué cantidad de loas desmesuradas se hace a personas que, al final, tampoco son nada del otro mundo! Ya lo dice el refrán: “Caga el Rey, caga el Papa. Sin cagar nadie se escapa.

¿Cuántas veces han hecho Doctor Honoris Causa a nuestro Rey? ¿Y qué ha hecho él aparte de nacer con el apellido Borbón y ser puesto ahí por nuestro respetado Caudillo?

Carrillo tuvo que hacerse un hueco en la historia por su cuenta (con padrinos tan intachables como la Pasionaria y don Juan Negrín y con ídolos de la talla de Stalin), pero dado su turbio pasado, del que no parece estar muy arrepentido (por lo menos no parece haber hecho pública ninguna declaración al respecto), debería procurar no subir a demasiados estrados porque, como él no es tonto, sabe que se arriesga a que alguien se líe a tomatazos con él. Alguien tan tonto como para creer que insultando a un vejete puede resarcir a aquellos que fueron víctimas de la memez y crueldad que lo caracterizaron en su juventud.

¿Para cuándo un homenaje a Raquel Mosquera? Ella sí que se lo merece y, según encuestas realizadas por Pepiño Blanco, su nivel de popularidad supera en diez puntos a los de ZP y Rajoy juntos.