martes, marzo 01, 2005

Deponer es un placer que nos suele suceder

Hoy me han instado a hacer alguna nueva aportación a nuestro querido blog. Pero la sugerencia ha sido para hablar de algún tema no político y, más concretamente, de algo relacionado con temas escatológicos.

Me encantaría saber si existe alguien que no sonría ante historias como la de aquel que se cagó sin remedio cuando estaba llegando al portal de su casa (después de llevar hora y media aguantando estoicamente la tensión “diodenal”). O la de ese que, mientras vaciaba la vejiga, relajó en exceso todos sus esfínteres y liberó una sonora ventosidad cuando su jefe entraba en el servicio. ¿Y qué me dicen de la típica historia del que pisa un montículo de deposiciones caninas por descuido y se pasa el resto del día pensando que su hijo se ha cagado?

Tampoco es raro enterarse de que a alguien se le ha caído el teléfono al retrete cuando la evacuación estaba a medias (¡es muy duro ver como el teléfono se queda sin vida al meterlo bajo el chorro de agua para limpiarlo!). Los ataques de diarrea conjuntados con indigestiones son un buen “caldo” de cultivo para historias simpáticas (es muy difícil controlar los esfínteres cuando el espasmo del vómito tensa el cuerpo).

Esas vivencias son de lo más normal, de hecho, cada vez que las cuento poniéndome de protagonista, hay personas que, al terminar la narración, en un aparte, me confiesan que a ellos también les ocurrió algo semejante. Pero las historias que suscitan mayor hilaridad son aquellas no tan fácilmente experimentables en primera persona. De estas también he vivido unas cuantas como, por ejemplo, aquella en la que la protagonista es la funda de una muela que, tras despegarse de su fijación, vivió un viaje alucinante a través de todo el tubo digestivo, siendo atacada por todo tipo de ácidos y sustancias deleznables como aquella junto con la que volvió a ver la luz treinta y tantas horas después de haberse internado en la oscuridad de mi cuerpo.

Y, ya para terminar esta breve exposición de situaciones cómicas que he tenido la suerte de vivir, no puedo dejar de referirme a la que ocurrió en los minutos previos a una carrera popular a la que acudí en compañía de uno de los colaboradores estrella de Libertad-Diodenal. Los nervios de la competición aceleran la motilidad del tracto intestinal y no es extraño que los apretones hagan acto de presencia cuando uno está alejado del retrete hogareño, así que, cuando no hay ningún sitio excesivamente escondido, no queda más remedio que poner a alguien de guardia, bajarse los pantalones, agacharse y obrar lo más rápidamente posible.

En el caso de marras, el guardián se puso a orinar mientras yo hacía aguas mayores. Lo cómico fue que el vigilante fue sorprendido por el vecino contra cuya fachada yo andaba acurrucado. El hombre reprendió a mi amigo por su osadía de orinar contra el murete del solar de en frente sin sospechar lo que otro degenerado estaba haciendo junto a su propiedad. ¡Pobre!

Y con esto cedo este espacio de libertad y diálogo para que los lectores se explayen haciendo los comentarios diodenales que gusten.

7 Comentaios:

Anonymous Anónimo dijo...

¡Qué alegría y alborozo! ¡ Qué satisfacción interior me ha recorrido desde el primer capilar de mi ya más que incipiente "tonsura" hasta la última parte córnea de mis pies.
Por fin un tema a mi altura intelectual. Confieso ser el compañero de aventuras del editor de este remanso de libertad en la susodicha historia escatológica que ha relatado. Mientras yo vaciaba mi vejiga miccionando contra una valla, él deponía con fruición.
Y este tema me trae a la memoria un sucedido que le aconteció a nuestra queridísima Doña Carmen Polo de Franco. Paso a relatar la misma.
Estaba Doña Carmen disfrutando de las vacaciones del período estival en el Pazo de Meirás en plena canícula. El de 1963, fue un mes de Agosto especialmente caluroso, que no permitía ni siquiera descansar por las noches, cuando se suponía que el calor debía dejar paso a la fresca brisa reinante en la costa coruñesa. Insomne debido a las altas temperaturas, Doña Carmen decidió dejar sus aposentos y pasear por su residencia. Como se sabe, aún no existiendo necesidad nutricional, cuando el cuerpo trasnocha, el estómago hace acto de presencia y requiere ser llenado de viandas.
Nuestra Doña Carmen fue presta hacia las cocinas, donde encontró una fuente de pimientos de Padrón que Loli, la cocinera del Pazo había preparado esa misma noche como regalo de don Xosé Caina, agricultor de la zona, al Generalísimo y su familia. Como bien dice el dicho, los pimientos de Padrón, "unos pican e outros non", algunos hicieron mella en la boca de Doña Carmen, aunque eso no fue óbice para que engulliera con ( perdóneme Doña Carmen ) gula la fuente entera.
Una vez saciada su hambre, Doña Carmen volvió al lecho conyugal donde la esperaba solícito su marido, el Caudillo.
Las altas temperaturas reinantes en la habitación unidas a las sábanas de franela de la cama hicieron que la temperatura de Doña Carmen subiese rápidamente. Ese brusco ascenso térmico unido al picante de los pimientos, provocó fuertes convulsiones intestinales en doña Carmen. Esta, aún haciendo un ímprobo esfuerzo por mantener la integridad, dió suelta a una tremenda ventosidad que despertó no sólo al Generalísimo, sino que alertó a los Guardias que guardaban la puerta del dormitorio de ambos y provocó su entrada en la misma temiendo que éstos hubiesen sufrido un atentado.
Ni que decir tiene que este suceso que hizo poner en evidencia a Doña Carmen, que se sonrojó ante las risas de los Guardias y ante sus evidentes gestos de no soportar el hedor que invadía el cuarto fue seguido de la asignación de los mismos a defender el ya extinto Sáhara español, y del fusilamiento de Don Xosé Cuina, que dejó mujer y 2 hijos.

Y ahora, que cada cual cuente sus aventuras escatológicas.

Fdo: Cañita Brava

11:02  
Anonymous Anónimo dijo...

Tengo una amiga.... (juro que no es la típica excusa) es verdad, tengo una amiga, que tiene una chica, que le cuida a los niños, y cocina a veces...creo que fatal por cierto,
total que la chica esta que tiene ya 60 años, y es de Sotosalbos, un pueblo segoviano, pues es muy cotilla y cuando tienen visita pues se va alli con ellos a cotillear. Pues el otro dia por lo visto tenian visita, y ella fue al salon a hacer como que tenia que coger algo...total que se agacho y se le escapo un pedo. Y claro se armo, porque los niños empezaron un pedo! un pedo!, Fuen se ha tirado un pedo!, y las amigas uy por dios.
Total que fue tan evidente que ella no pudo disimularlo y tuvo que decir: esque con la menopausia tengo unos gases...
(eh aqui me he portado, doble escatologia)
Creo que estan pensando en despedirla.
No tengo mas historias escatologicas y mucho menos propias yo soy una princesita.
Bss.

13:48  
Anonymous Anónimo dijo...

¡Maldición!
Propongo que libertad-diodenal organice una manifestación pro-Fuen. No podemos permitir que esta mujer sea despedida por un simple gas. ¿Qué ocurre? ¿ Acaso la dueña de la casa no se ventosea ?
Eso sí, me ha encantado la reacción de los niños.

¡Viva Dinio! ¡Viva Manuel Chaves! y ¡Viva Pipi CalzasLargas!

13:57  
Blogger Meteorismo galáctico dijo...

¡Voto a Bríos! Doña Fuencisla contará con el apoyo incondicional de Libertad-Diodenal y sus innumerables simpatizantes.

Sólo nos queda fijar una fecha. Tal vez el Día de la Hispanidad podría ser el mejor para mostrar nuestra adhesión a tan noble mujer. Solicitaremos al Ayuntamiento de Madrid que nos permita desfilar en la parada militar de ese día junto con la Legión. Lo haremos al son de ventosidades para que nuestra laureada amiga Fuen sienta el gozo de ser una más entre todos los pedorros que en el mundo somos.

Con este acto multitudinario conseguiremos desagraviar a nuestra flatulenta amiga.

18:58  
Anonymous Anónimo dijo...

Sólo quería dejar constancia de una gran tonadilla española de la grandísima “Saritísima” (amiga íntima de doña Carmen Polo de Franco). A esta canción se le han hecho algunos arreglos de género para ser políticamente correctos amigas y amigos. Espero que les guste:

CAGAR es un placer, genial, sensual...
CAGANDO espero al hombre/mujer a quien yo quiero
Tras los cristales de alegres ventanales
Y mientras CAGO mi vida no consumo,
Porque oliendo el TUFO me siento adormecer.

Tendida/o en el sillón, soñar y amar,
Ver a mi amado/a solícito/a y galante
Sentir sus labios besar con besos sabios
Y el devaneo sentir con más deseos
Cuando sus ojos veo sedientos de ilusión.

Por eso estando mi bien
Es mi CAGAR un Edén,
Dame el MOJÓN de tu DIODENO
Dame que así me vuelves loca/o,
Corre que quiero enloquecer de placer,
Sintiendo ese calor del TUFO embriagador
Que acaba por prender
La llama ardiente del amor.

CAGAR es un placer, genial, sensual...
CAGANDO espero al hombre/mujer a quien yo quiero
Tras los cristales de alegres ventanales
Y mientras CAGO mi vida no consumo,
Porque oliendo el TUFO me siento adormecer.

Dame el TRUÑO de tu ANO
Dame que así me vuelves loca/o,
Corre que quiero enloquecer de placer,
Sintiendo ese OLOR del TUFO embriagador
Que acaba por prender
La llama ardiente del amor.

M.A.S. dixit.

21:41  
Blogger Meteorismo galáctico dijo...

Me encantan estas adaptaciones modernizadas de nuestras más emblemáticas tonadillas, y más aún cuando se hace su introducción mencionando la amistad que hubo entre Saritísima y nuestra querida Doña Pilar Polo de Franco.

Ismael y la Banda del Mirlitón habrían estado orgullosos de cantar esta melodía adaptada a la etapa democrática que ahora disfrutamos.

Y tras estas necedades dejo paso libre a más contribuciones diodenales de nuestros queridos lectores.

22:07  
Blogger Meteorismo galáctico dijo...

Pido disculpas a los respetables lectores por haber incurrido en el intolerable error de llamar Pilar a nuestra Doña Carmen Polo de Franco. Ella, sin duda, habrá esbozado una sonrisa al comprobar desde el Paraíso Celestial que, aunque sea con otro nombre, aquí aún la recordamos con cariño.

22:18  

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